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Contra el pensamiento único. Joaquín Estefanía

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5,99 €
Descripción

Contra el pensamiento único. Joaquín Estefanía

Editorial: Suma de letras / Punto de lectura 2000.

Rústica editorial ilustrada. 18x11 centímetros. 473 páginas. Estado de conservación: libro con señales normales de buen uso.

Fragmento

A mediados de la década de los ochenta, Francia exportó el concepto de pensamiento único. Se trataba de una teorización, desde la resistencia, a un modelo de política, la política de talla única, o la única política posible. Su centro de atención era la economía, pero a partir de la misma se desparramaba al conjunto de las actividades sociales. Cuando se escribió este libro (primera edición en 1997) ya existía suficiente contexto para analizar las consecuencias del pensamiento único. Hoy, traspasada la barrera del año 2000, ese contexto se ha ampliado y se observan, de modo más generoso, los intentos de salir de ese pensamiento único y de iniciar con soltura lo que Touraine ha denominado transición posliberal.

Desde la caída del muro de Berlín, en 1989, el mundo ha experimentado una serie de cambios gigantescos, a la par que enormemente acelerados. Es lo que se puede denominar segunda revolución del capitalismo. Esta posee una serie de características comunes, entre las cuales se pueden citar las siguientes:

—Transformaciones culturales: una americanización de la cultura y de las costumbres, visible en las agrupaciones urbanas de todo el planeta. La globalización es, en primer lugar, una globalización cultural y sociológica. El capitalismo americano ha vencido, en este terreno, a los otros tipos de capitalismo con los que coexistía. Hasta hace poco hablábamos fundamentalmente de dos tipos de capitalismo: el renano —que agrupaba al sistema de los países europeos y, por extensión, al japonés— y el capitalismo anglosajón. El último ha devenido en capitalismo americano y se ha tragado al primero, que culturalmente ha dejado de existir o se ha convertido en subsidiario, pese a los esfuerzos mantenidos sobre la excepción cultural europea y otros mecanismos de resistencia, que no han impedido el triunfo arrollador de lo americano. Afortunadamente, todavía no ha sucedido lo mismo con el modelo de crecimiento económico, aunque la cumbre de jefes de Estado y de gobierno de la Unión Europea, celebrada en marzo de 2000 en Lisboa, parecía indicar que también ese modelo europeo podía comenzar a ceder.

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