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Deep Purple y AC/DC. Sus peores álbumes.

Deep Purple… Su peor disco 

Deep Purple es para mí la mejor banda de rock duro que haya existido y Ritchie Blackmore junto a Ian Gillan, su alma. Además el “Made In Japan” es uno de los mejores discos en vivo que se pueden escuchar. Esto no es óbice para que hicieran alguna “cagada”: el álbum "Birmingham 1993”. El propio Ian Gillan, comentó a la BBC "este disco es uno de los puntos más bajos de mi carrera". Además dijo a sus seguidores: "no lo compren, compren otra cosa; cualquier otra cosa".

Parece que este churro se debió a que, según dijo el cantante y líder de la banda Ritchie Blackmore: “el guitarrista y yo casi no nos hablábamos cuando se realizó el concierto y las tensiones internas de la banda hicieron que la actuación fuera pésima”. "Fue malo y hacia el final fue horroroso". "Las tensiones duraron cinco o seis conciertos más, después del de Birmingham, luego Ritchie dejó la banda y a partir de entonces tuvimos 13 años de estabilidad".

AC/DC… Su peor disco

AC/DC sin Scott. Cuando en 1980 los hermanos Young decidieron la entrada del coleccionista de gorras Brian Johnson, en reemplazo del malogrado Scott, ¿era comparable la banda al AC/DC de Bon Scott?... Abría que ver los antiguos espectáculos del grupo y veríamos que Bon era el único que le disputaba el protagonismo escénico a Angus. Nada de eso ocurriría después. Así más de la mitad del repertorio que tocan en los conciertos son temas de la “era Scott”. ¿Por qué será?

Justo es decir que el disco debut de Brian, el “Back in black” es un gran álbum. Sin embargo, los temas fueron concebidos originalmente por Bon. Así aparecieron álbumes mediocres como “Fly on the wall”, con arreglos poco ingeniosos y coros interminables, coronados por esa voz de Johnson, más quemada que moto de hippie.

Esos discos del período 1981-2000 no son ni la sombra de maravillas como el “High voltage”, el “Dirty deeds done dirt cheap”, el crudo “Let there be rock”, el subvaluado “Powerage”, o los “Highway to hell” y “Back in black”.

La mediocridad artística del grupo tocó fondo en 1995, tras 5 años de sequía lanzaron su decimotercer álbum “Ballbreaker”, bodrio con el que pretendían llevar la banda “de regreso a sus orígenes” con el retorno del baterista inicial Phil Rudd quien había dejado la formación en 1983, pero las canciones son más lentas que el buga de Fernando Alonso y las guitarras aburren como enano en partido de baloncesto; basta escuchar el primer corte "Hard As A Rock"… y todo así durante 49 minutos.

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